
Con el calor del verano lo que más apetece es tomarse algo refrescante y dejar las sopas para el invierno, pero si no quieres renunciar a una buena sopa, pero sin acalorarte tenemos la solución, el gazpacho.
El gazpacho es una sopa fría de hortalizas (tomate, pepino, pimiento, cebolla, ajo), con aceite de oliva y vinagre típica de los meses de verano.
Los orígenes del gazpacho se remontan al siglo XVI donde el tomate llegó a nuestra casa procedente de las Américas y donde los campesinos ibéricos del sur se alimentaron de él.
Pero aún podemos remontarnos más, hasta la época romana, donde se tomaba, como un refresco, una bebida a base de vinagre y agua. Después en el Al-Ándalus, ya se tomaba una versión primigenia del gazpacho hecho de pan, ajo, aceite de oliva, vinagre, sal y agua, pudiéndolo considerar el primer gazpacho de la historia.
¿Y cuáles son sus propiedades?, pues al ser casi en su totalidad verduras y hortalizas, es una gran fuente de vitamina C (pimiento), vitamina A y E, hidratos de carbono, fósforo, hierro, calcio, magnesio, manganeso, zinc, cobre, potasio y sodio además de sustancias antioxidantes y fibra vegetal, ¡Un refresco de lo más saludable!
Si quieres hacer un delicioso gazpacho en casa coge papel y boli.
Ingredientes para hacer Gazpacho (1 litro):
1 kilo de tomates
1/2 cebolla
1 diente de ajo pequeño
1 pimiento verde italiano
1 trozo de pepino
3 cucharadas de aceite de oliva
3 cucharadas de vinagre de vino blanco
1 cucharada pequeña de sal fina
Elaboración:
Lava las verduras y córtalas en trozos pequeños, luego ponlas en el batidor.
Añade un diente de ajo pelado.
Ahora echa tres cucharadas de aceite de oliva y el vinagre.
Échale la sal por encima.
Enciende la batidora a máxima velocidad durante unos 3 minutos o hasta que quede completamente licuado.
Pon el gazpacho en una jarra, enfríalo en la nevera y ¡listo! Ya tenemos gazpacho bien fresquito.